Hace dos sexenios,
en el año 2001 para ser precisos, el gobierno del estado de Sinaloa dio
muestras de sensibilidad. En efecto, habiendo peregrinado los padres de familia
de las colonias pobres del Sur de Culiacán: Huizaches, CNOP, Lázaro Cárdenas,
República Mexicana, etc., etc., solicitando una escuela de nivel medio superior
ante la UAS y ante el COBAES, y habiendo recibido negativas de ambas
instancias, el gobernador en ese entonces instruyó al titular de la SEPyC para
que se reconociera la Preparatoria “Rafael Ramírez” con clave de particular
incorporada, pero, al mismo tiempo, se le dotara de un subsidio mínimo que
permitiera gratificar en algo a los docentes y que el propio gobierno se
encargara de avanzar en la construcción de la infraestructura educativa de ese
plantel.
Otro tanto ocurrió
con la Preparatoria “Felipe Bachomo”, de Charay, en el municipio de El Fuerte,
y en la Preparatoria “Rafael Buelna”, de la comunidad de Tesila del mismo municipio.
Desde entonces, las
dos primeras instituciones vienen funcionando en esas condiciones; la última,
se convirtió recientemente en COBAES.
La Rafael Ramírez
le brinda estudios a más de 500 estudiantes del sur de la ciudad y la Felipe
Bachomo a más de 120 de la zona rural de El Fuerte. Pues bien, ambas escuelas
enfrentan hoy día graves problemas de financiamiento y de infraestructura
educativa.
El subsidio que
reciben apenas alcanza para apoyar con un aproximado de 50 pesos la hora clase
a los profesores, que son profesionistas titulados egresados de la Normal, de
la UAS o de otras instituciones similares. Esto porque desde la fecha en que se
otorgó, hace 10 años, sólo en una ocasión se autorizó un pequeño incremento. Más
aún, el convenio que protege dichos subsidios actualmente está vencido y los
maestros de las preparatorias están en la más absoluta incertidumbre económica.
En lo que hace a
infraestructura, la “Rafael Ramírez” tiene inconclusas 2 aulas didácticas y 1
laboratorio de ciencias que el año pasado fueron construidos “a medias”, “hasta
donde alcanzó el presupuesto”, según dijeron en el Instituto Sinaloense de
Infraestructura Educativa (ISIFE). Se requieren dos millones de pesos de
inversión para terminarlos y para construir otras dos aulas cuyas bases fueron
ya colocadas. Entretanto, de 6 grupos de primer año, o sea, más de 200 alumnos
de nuevo ingreso, solamente dos toman clases en aulas didácticas, los otros 4
lo hacen bajo láminas y maderas viejas.
En la “Felipe
Bachomo”, hace falta un aula didáctica para los grupos existentes, pero, algo
urgentísimo, la escuela no tiene energía eléctrica. De manera que los alumnos y
maestros toman clases bajo elevadas temperaturas, sin poder usar ni aires
acondicionados, ni simples ventiladores. ¡Urge la obra de electrificación de la
escuela!
La preparatoria de
Tesila, hoy COBAES, no tiene ya problemas de subsidio, pero sí de
infraestructura educativa. No tiene ningún espacio deportivo o plaza cívica, le
falta aula de medios, barda perimetral, etc., en una palabra, sus instalaciones
son, en realidad, precarias.
Estos problemas,
junto con otros que tienen que ver con la educación de los niños y jóvenes
sinaloenses, han sido planteados una y otra vez, desmenuzados en carpetas
informativas, detallados hasta el cansancio, en la Dirección de Gobierno del
estado y, con menos insistencia, cierto, ante funcionarios de la Secretaría de
Educación, sin que hasta la fecha se nos dé ninguna respuesta al respecto.
Hemos llegado a un
punto en que las cosas no pueden esperar más, porque el convenio del subsidio
ya se venció. Se necesita que el gobierno estatal asuma una posición clara,
enérgica y definida. Desde luego, nosotros nos inclinamos porque el gobierno
del Lic. Mario López Valdez asuma respecto a este problema, cuando menos, las
misma posición de sus predecesores, es decir, que apoye a estos proyectos
educativos que, nacidos de la iniciativa popular, han demostrado con creces su
pertinencia y su viabilidad y, por qué no, que los supere, agarrando, como
suele decirse “el toro por los cuernos”, brindando a estas instituciones el apoyo
que realmente merecen, no a cuenta gotas, como venía ocurriendo anteriormente.
La incertidumbre
genera inquietud, efervescencia entre el estudiantado, los profesores y los
padres de familia, que juntos han venido construyendo y sacando adelante este plausible
proyecto educativo en beneficio de los sectores más desprotegidos
económicamente de Culiacán y de El Fuerte. Ellos quieren ver a sus gobernantes
atentos a sus problemas, a sus necesidades, y respondiendo a las mismas.
En este mes en que
por doquier se escucha el estrépito patriótico, conviene recordar las palabras,
los sueños del gran Morelos: “Que se eduque a los hijos del labrador y del
barretero, como a los del más rico hacendado”. Ojalá que nuestros gobernantes
así lo asuman y obren en consecuencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario